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Les ha costado “educar” al segundo hijo? |
Yo no sé si estoy muy enamorada del “ser mamá”, o si tal vez me tardé mucho en tener a mi segunda hija, o definitivamente si estoy más vieja… es que parezco abuela con la segunda!No saben cuánto me cuesta educarla! Todo lo que hace, mientras más mala sea, mientras más palabras feas diga, yo… no puedo! O sea… le digo que eso no está bien, pero me doy media vuelta y me río! La encuentro deliciosa, no puedo creer que con 2 años y 4 meses, hable y diga todas esas cosas, cómo se defiende , cómo encontró su lugar, cómo imita a su hermana grande, lo patuda que es, metiche, canta, baila, repite todo, es una dulzura… Lo peor de todo, es que me acuerdo perfectamente, que por la mayor sentía lo mismo y opinaba lo mismo de ella… era mi “todo”..
Y, como hija mayor, más la pega que yo tenía, estuvo conmigo todo el tiempo! Si hasta a las reuniones la llevaba! Hizo su “vida” arriba de mi auto y eso la hizo súper compañera y muy “bien portada”… Pero era distinto… cualquier cosa que no estaba bien dicha o hecha o un acto que reflejara “un mal portar”… yo le paraba el carro, la castigaba en su pieza “un minuto por año”, después la buscaba, lo conversábamos, nos abrazábamos, me decía que “nunca más” y al día siguiente… Lo mismo!! Pero yo, con santa paciencia, fui súper constante en mi régimen de “educar”… y hoy en día es “súper bien educada!” es correcta, se porta regio en todos lados, es respetuosa, amorosa, se come todo en donde va, pide permiso hasta para abrir el refrigeradorrrrr!!!!!Ahora, tengo mucho más tiempo que antes, tengo las cosas mucho más claras que antes… pero NO PUE-DO… me da pena que la mayor la rete, le quite las cosas, la saque volando de la pieza…la veo tan indefensa y hasta me da más rabia con la mayor, porque ella es consciente y la guagua, no!Estaré bien?, es normal? Tendré el día de mañana a una “mini fiera” en mi casa por mi culpa?Decidí preguntarle a la psicóloga infantil Daniela Averill y estas fueron sus sabias palabras….
1. Con el primer hijo se aprende y con el segundo se disfruta la maternidad porque ya hemos aprendido.
2. Con el primero nos guiamos por conocimientos que nos transmiten "externos" (doctores, educadores, padres, sicólogos) que nos dan estructura frente a este universo que se plantea totalmente nuevo, creyendo que así nos aseguramos que los niños tengan un desarrollo exitoso. Con el segundo ya adquirimos esos conocimientos que nos permiten estructurar nuestra tarea y estamos más tranquilas y relajadas. Esto permite que la relación con el segundo sea más fluida ya que hay más confianza y menos temor.
3. Con el segundo aprendemos a adecuar los conocimientos recibidos a nuestro propio estilo personal, lo que resulta más cómodo al momento de educar y relacionarse. Estamos menos ansiosas de que lo que hacemos tenga que ser exacto a cómo nos dijeron. Entonces podemos mirar y descubrir otras cosas en la relación con nuestros hijos
4. El primer hijo suele "portarse mejor que el segundo". Esto se genera ya que no sólo nosotras vivimos pendientes de él, si no que también ellos intenten acomodarse una y otra vez a lo que perciben es conveniente para nosotros, ya que en la profundidad de la relación sienten cuando estamos tranquilas, ansiosas, etc. Por lo que suelen adaptarse con mayor facilidad a las reglas al darse cuenta de lo importante que es para la tranquilidad del vínculo con nosotras que ellos las cumplan.5. Con el segundo hijo ya algo hemos aprendido y confiamos más en nosotras mismas, por lo que no estamos tan "puestas" en las reglas, lo que hace que los niños tampoco estén tan preocupados de seguirlas, ya que no las ven como indispensables para sentir el vínculo seguro con la mamá. Es por esto que los sentimos como más independientes, autónomos y menos preocupados de hacer las cosas según nuestra manera.
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Preguntas de niño… |
Estábamos en la piscina, súper relajadas con mi hija de 6 años y de la nada, me lanza la pregunta:
“Mamá… cómo Dios pone a las guagüitas en la guata de las mamás???”
Uuuuyyy! Qué contesto?? Le rogué al Espíritu Santo que pusiera las mejores palabras en mi boca… y sin siquiera arrugar la frente, le digo…
No, mi amor, Dios no pone las guagüitas en la guata, El sólo ayuda a que lleguen. Y ella me dice “cómo?” y le digo…
Mira, los papás, que se adoran, se dan muchos besitos y abracitos ricos y con mucho amor… entonces, en una de esas veces Dios dice “voy a mandarles una guagüita a ellos que tanto se quieren, porque obviamente no sucede todas las veces que regalonean, o si no estaríamos llenos de hijos” Y las dos nos reímos… Y prosigo… “ así El dice “que vaya una guagüita” y le hice todo tipo de movimientos de brazos, tipo magia, que le encantan, y continué… “Las mujeres tenemos un huevito y los hombres un gusanito, que se unen adentro del cuerpo de la mamá y se va formando la guagüita de a poco y aparecen su cabeza, su cuerpo, piernas, pies, manitos, su cara, su corazón y su alma… y en 9 meses, crece y está lista para nacer…”
Y ella, no conforme, me pregunta “y por qué nacen niños sin piernas, o sin brazos, como los niños de la Teletón?, o algunos enfermos como el hijo de tu amiga?” y yo le dije “bueno, porque hay veces en que esa unión tiene algún problema y no se forma todo como debiera ser…” y ella me dice “si, pero igual es un hijo, o un hermanito, asique, igual hay que quererlo…” y yo: “si, mi amor, por supuesto, las mamás queremos a todos nuestros hijos, son una bendición!... qué linda eres, me encanta que pienses así”
Y con toda naturalidad, me miró, me sonrió con mucha dulzura, siguió jugando con el agua y me dijo, tirémonos un piquero? Y ya adentro del agua me abrazó fuerte, con cariño, y me llenó de besos y me dijo “te amo mucho mamita”…
Estas son las veces en que uno se da cuenta que no es taaaaaaaaaan difícil comunicarse con sus hijos, y que es impresionante cómo aparecen esas respuestas que tanto tiempo pensaste, o hablaste con tus amigas, con tu pareja, preguntándote “cómo lo haré el día en que me toque a mí?”, y cada vez que me ocurre me doy cuenta que siempre tengo una respuesta apta para su edad, y con la que ella queda conforme.
Eso si, dicen los expertos, que lo mejor es “responder sólo lo que te preguntan”, para no adelantarlos a cosas que no están preparados para escuchar.
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Patricia Larraín B. |
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