Somos mujeres, el pilar del hogar, las que solucionamos todo, sin nosotras nada funciona, pero… también queremos descansar… te ha pasado esto?...

Pensar en vacaciones… Que rico no??  Todo es un sueño, el lugar, la idea de descansar, de dormir, de estar todos juntos, para conversar, aprovecharse, mirarse, regalonear, no mover un dedo…

Primero… stress pre viaje (armado de maletas, decidir qué vas a llevar, qué remedios necesitan los niños, cuáles son las cosas “infaltables” en esos pocos días de relajo (digo pocos porque nunca es suficiente, te has dado cuenta?), la depilación, las uñas, los doctores, (porque no falta el niño que parte las vacaciones resfriado), ver todo el tema de las comidas, si se hace menú, si se compra allá, acá, te retan porque te demoras en salir y porque se te quedaron las escobillas de dientes… en fin.  Eso y muuuucho más.

Llegas al lugar, una maravilla!
Te demoras como 3 a 5 días en adaptarte, en “sentir” que estamos de vacaciones y rápidamente, te das cuenta que ya está por acabarse… horror!!! Cómo disfruto más?, qué hago? , a qué más juego con los niños?, tengo que leer!, debo hacer castillos de arena!, me tengo que poner todo lo que traje!, la comida… fue mucha!, me la he pasado lavando platos!!  uuuy! No hemos salido de noche! ….

Ahhhhhhhh qué agote! Y te da un bajón… y empiezas a “decidir disfrutar” y lo logras, pero sólo un poquito.

Y empieza el stress del regreso… de partida, empezar a ordenar todo uno o dos días antes porque hay que dejar el auto cargado la noche anterior, te das cuenta que de lo que trajiste, no usaste prácticamente nada, y decides que el próximo verano, llevarás menos aún, y claro… empiezas a visualizar la llegada de vuelta y de TODO lo que te espera por hacer… (si tienes nana, te estresas un poco menos, pero la mayoría, o no tiene o le da vacaciones justo a la vuelta de “sus” vacaciones) y de todo lo que “supuestamente” descansaste… se te olvidó en 1 día, con todo lo que hay que hacer.

Limpiar la casa que está asquerosa, la ruma de ropa lavar y planchar, cocinar, trámites, pagar cuentas, hacer que todos se sientan  felices… (porque sigue el verano!!), el pobre marido de vuelta a la pega, y, si es que eres una mujer que trabaja, el estrés de “con quien dejo a los niños mientras me voy a la pega” y así, suma y sigue…

Lo mejor en estos casos, es: mirar hacia atrás, los lindos días vividos en la playa, campo, lago y demases, tomarlos como lo que fueron… lindos días, divertidos, entretenidos, donde tal vez, por lo menos, pudiste dormir hasta las 9:30am aunque no sientas que hayas descansado nada…  Y por lo menos agradecer lo afortunada que eres de poder salir de las 4 paredes y ver otro paisaje, y aunque tu estés cansada, ver cómo disfrutan los niños, como se impresionan con cualquier cosa, ver a los tuyos gozar y finalmente, concientizarte en que para el próximo verano, te vas a simplificar, llevarás menos cosas, te preocuparás menos de leseras y te propondrás gozar desde el primer día!!

Ánimo, el verano es demasiado corto!
Ya llegó marzo… eso si que es estesante!

Te pasa lo mismo?