La participación de la mujer en el deporte no es nada nuevo y data desde civilizaciones tan antiguas como la griega y la romana. Entre la mujer y el hombre no solamente existen diferencias físicas; también las hay en los ámbitos psicológico, fisiológico y biomecánico. Muchas de las reglas de los deportes, en los que la participación femenina se ha incrementado, se han modificado, ya que anteriormente se estimaba que la capacidad para el esfuerzo físico disminuía en las mujeres después de la pubertad. Dichos conceptos son completamente falsos, porque a partir de los años setenta los estudios sobre desempeño físico en las mujeres han demostrado la falsedad de las antiguas creencias, lo que ha dado paso a las nuevas perspectivas de la mujer en el deporte.
Hoy día se tiene la certeza de que las mujeres que intervienen en deportes competitivos son más independientes, autónomas y tienen un mejor desarrollo individual y social. Desde el punto de vista social, en un principio la mujer fue excluida de la práctica deportiva por factores definidos e impuestos por el hombre. Y en ocasiones eran las mismas mujeres quienes construían e imponían los mecanismos excluyentes a través de diferentes ámbitos, como la educación, la cultura, la religión, etcétera.
En este sentido, ONU mujeres, organización creada en el 2010 para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, ha descubierto en el deporte una herramienta efectiva para conseguir avanzar en el empoderamiento de mujeres y niñas en diversos ámbitos, invirtiendo en distintos proyectos deportivos en varios de los 75 países en los que da su apoyo para lograr avances en el desarrollo integral de las niñas y mujeres. El 03 de septiembre de este año ONU mujeres representada por su Directora Ejecutiva Michelle Bachelet, firmó un Acuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI) con el fin de promover el deporte como herramienta para el empoderamiento de la mujer.
Se ha demostrado a través de proyectos deportivos en distintas partes del mundo que la práctica de distintos deportes en niñas y mujeres contribuyen al bienestar sicológico, la formación de líderes dentro de sus comunidades, mejora su integración en la sociedad y la forma en que son vistas y respetadas por sus pares y dentro de sus propias familias, lo cual ayuda mucho para avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en todos sus ámbitos.
El empoderamiento implica, entre otras cosas:
- La toma de conciencia y de confianza en sí mismas.
- La autonomía para decidir sobre sus vidas.
- La movilización para identificar sus intereses y transformar sus relaciones.
- La participación activa en la sociedad.
- Alienta la confianza en sí mismas y la inclusión social.
- Proporciona oportunidades de liderazgo y de logros.
Así el deporte dentro del empoderamiento ya se ve como un factor muy importante: el deporte ayuda a la mujer a mejorar su autoestima, lo que favorece su fortaleza sicológica y determina un ejemplo a seguir o un liderazgo en potencia que sirva para empoderar a otras mujeres de la misma comunidad. Además, la participación de la mujer en disciplinas deportivas tradicionalmente reservadas para los hombres ayuda a cambiar estereotipos y derribarlos, lo que a su vez nos hace dar pasos adelante en la igualdad de géneros, traspasar barreras de los roles tan arraigados en la sociedad de lo que es “femenino” o “masculino” y que finalmente restringen la posibilidad de hombres y mujeres de dar rienda suelta a sus potencialidades y hacer realidad sus propios sueños. Es así como fue un logro por ejemplo la inclusión del Boxeo femenino en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012.
En los países más pobres los programas deportivos desarrollados han demostrado que además de ser el deporte una plataforma eficaz para proporcionar capacidades de liderazgo a mujeres y niñas que pueden usar después en su vida profesional o participación cívica, dan a las niñas mayor movilidad, y ayudan a reducir el aislamiento en que viven muchas niñas en sus comunidades y familias, ya que proporcionan un lugar seguro para reunirse con otras niñas, establecer redes interpersonales, desarrollar un sentido de identidad y acceder a nuevas oportunidades, lo que les permitirá seguramente involucrarse más en la vida comunitaria, incrementar sus conocimientos en materia de ciudadanía y ampliar sus esperanzas para el futuro.
La Directora Ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, Lakshmi Puri, en su discurso durante la 5ta Conferencia Mundial del COI sobre las mujeres y el deporte, ha puesto como ejemplo la historia de Nassima Atker, una joven de 15 años proveniente de Bangladesh, y que hoy en día es una brillante surfista gracias a la creación de un pequeño club local de surfistas, en un país en donde los padres rara vez dejan que sus hijas se metan al agua después de los 12 años de edad. Hoy Nassima es una surfista excepcional que ha ganado varias competencias locales.
Aprender de nosotras mismas es el camino a una vida más plena en el ámbito personal, que nos llevará por sí solas al éxito laboral, deportivo, familiar, y, finalmente, a poder participar activamente de nuestra sociedad, para poder decidir al igual que los hombres qué es lo que queremos como sociedad, aportar, lograr cambiar el mundo, cada una desde su área, como una red invisible que va armándose desde nuestros deseos y sueños.
Eso es el empoderamiento femenino: Esta lucha de tantos años y de tantas generaciones que nos permite lograr nuestra tan ansiada libertad, aquella que nos permitirá hacer de nuestra vida lo que queramos y vivirla en total plenitud.
Silvia Guerrero J.
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