Estamos a solo un par de días del solsticio de invierno en el hemisferio sur y de lo que es el día más corto del año y no puedo dejar de sentir gratitud por los árboles que han soltado sus hojas para entrar en el proceso de renacimiento de su follaje. ¿Cómo estás tú?
Hace unos días atrás hablé con una amiga que estaba pasando por un mal momento y que se sentía muy aproblemada porque ya llevaba mucho tiempo con la situación y sentía que debido a su camino espiritual ella ya no debía estar pasando por situaciones difíciles como esa, después de todo eso era lo que le habían prometido.
Sin embargo al conversar más en profundidad con ella me di cuenta que lo que le estaba sucediendo era algo que ya había visto en otras personas: no estaba permitiéndose vivir el dolor de la situación por buscar estar siempre bien.
La cultura de hoy nos invita constantemente a buscar el sentirnos bien y el placer en todo momento, y nos olvidamos que somos humanos y que dentro de nuestras experiencias pueden haber algunas que no sean agradables, y debemos permitirnos esa humanidad. Debemos permitirnos el cometer errores y el pasar por momentos en que las cosas no salen como queremos, porque para eso estamos aquí encarnados como humanos.
¿Cómo vives la emoción?
No es la emoción la que nos define como personas, si no el qué hacemos con esa emoción. Esa rabia que nos invade, ¿Nos quedamos en ella y andamos rabiosos todo el día? O ¿La reconocemos y luego volvemos a nuestro centro?
Esa frustración que acumulamos porque las cosas no salen como queremos ¿La dejamos brotar frente a las personas que más queremos o permitimos que se transmute a través de aprender a tener menos expectativas o de hacernos cargo de nuestros compromisos?
Está en nuestras manos el usar esos momentos como trampolín en nuestro crecimiento y desarrollo como personas y como almas, y no para evadirlos. Yo por lo menos espero no desaprovechar ninguna oportunidad de crecimiento.
¿Y tú?
¿Qué opinas?
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