Este año sin duda ha sido un año doloroso con relación a la cantidad de casos de abuso sexual infantil y últimamente de redes de prostitución infantil; esta realidad siempre ha existido solo que no hemos estado como sociedad a la altura, no hemos detectado, asumido, acusado, en fin , no hemos protegido al niño. Mas bien la sociedad se ha protegido a si misma, a la imagen de sociedad perfecta y limpia que cree ser; y bajo la alfombra de la indolencia e indiferencia, se han validado horrores y abusos.
Espero que como sociedad estemos superando la inocencia mal entendida y realmente la "confianza lucida" nos comience a iluminar en cuanto a proteger, cuidar y fomentar en los niños y sus padres el autocuidado y la ética del cuidado. Espero que logremos reconstruir cimientos sólidos en las relaciones afectivas, teniendo claro por ejemplo, que la base de las relaciones humanas de amor es el cuidado y respeto.
La Navidad me parece una excelente instancia para reflexionar sobre la ética del cuidado hacia los demás, y hacia nosotros mismos. En una sociedad en donde el éxito es el rey, el trabajólico el mejor alumno y el relajo es visto como carencia de motivación, realmente nos falta mucho en autocuidado. Es bien visto el estar "agotada(o)"; "sin tiempo para nada"... Y es mal visto, por lo que genera desconfianza el estar "relajado (a)" ya que supuestamente refleja flojera, falta de ambición. Al percibir, respetar, valorar y aceptar los límites personales y de los demás, incluidos los niños, se estructuran los fundamentos de una comunidad que busca cultivar valores humanitarios, democráticos, que generen bienestar , que sus habitantes busquen ser felices y hacer felices a otros.
Abuso sexual infantil y niveles bajos de autocuidado parecen temas diferentes, pero tienen un tronco común: el abuso. Falta de respeto a los límites personales o del otro; falta de cuidado, de amor y de humanidad entendida como afectividad y sensibilidad. El percibir el límite personal de trabajo, de esfuerzo, de agotamiento. Valorar y detectar las necesidades afectivas, sentimientos de fragilidad, de nostalgia, rabia, miedo y regularlo, resolverlo sin culpa, negación ni evasión. Percibir incomodidad, inadecuación de uno misma o del otro respecto a nuestro espacio personal y reaccionar: alejarse de esa situación que incomoda o de esa persona que tiende a sobrepasar el límite. Tampoco sobrepasar el límite del otro, respetar su espacio, su mirada de las cosas, sus decisiones.
Si nuestros hijos internalizan un modelo sano y activo de autocuidado en todo sentido, sin duda estamos previniendo en cierto porcentaje el abuso, no solo sexual, sino en sus relaciones afectivas y en las decisiones que tome en su vida. Si se sienten cuidados, con padres alertas, activos en el cuidado, sin inocencia pero que les permiten explorar y vivir, aprenden un modelo interno de protección y antenas de alerta. Esto no implica paranoia ni falta de magia; implica juicio de realidad, madurez y conciencia situacional, saber detectar donde de está ubicado exactamente;sus riesgos potenciales y situaciones de peligro.
Es difícil cuidarse a si mismo y aún mas a otro; es difícil alejarse de relaciones poco saludables cuando hay dependencia de cualquier tipo; es difícil poner limites, ya que sentimos miedo al rechazo de los demás. Pero sin límites no hay salud, ni autoestima ni crecimiento real del YO, del SI MISMO.
El fin de año es una buena época para mirarnos a nosotras mismas y tomar decisiones, para evaluar nuestro estado de animo y niveles de bienestar, para agradecer los lazos profundos y reales; y soltar los que nos incomoda y daña. Para soñar, crear y construir; para disfrutar, fortalecer y retomar. Las mujeres vivimos en red y cada cierto tiempo es bueno revisarla y observarla; mirarnos y observarnos; sentir y observar; ayudando a nuestros hijos a mirarse, sentir y observar; sin juicio, prejuicio ni reto. Conocernos, conocerse, amarse, aceptarse, cuidarse, cuidar. Son frutos de un mismo árbol, el árbol de los afectos.
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Es interesante reflexionar sobre lo que está ocurriendo en nuestra sociedad respecto a las mujeres; hay cambios evidentes y sobre todo se puede observar, necesidad de más cambios. Las elecciones municipales recientes, dieron luces de la influencia femenina, del poder del voto femenino,y de la motivación de las mujeres a participar en política. Más allá de las razones de una opción política y de casos individuales de candidatas, hay que mirar con distancia y profundidad que está ocurriendo.
Sin duda hay mujeres interesadas en participar en política y en muchas otras áreas, quieren estar en los grupos en donde se toman las decisiones que marcan los lineamientos del país, quieren influir y marcar diferencia. Eso es un factor; pero hay otro; la SOCIEDAD también necesita de mujeres que influyan, que su mirada y manera de enfrentar los problemas y diferentes situaciones esté presente en los grupos de poder y pueda existir un verdadero cambio.
Que los hombres y las mujeres pensamos diferente es obvio y todos lo sabemos, de que manera es un tema complejo y necesario de abordar. Según la psicología transpersonal, cuyo exponente más conocido en Chile es Gonzalo Perez, la motivación femenina fundamentalmente busca COMPARTIR y GOZAR. Las mujeres funcionamos en red, esto se puede ver en el altísimo porcentaje de mujeres que utilizan las redes sociales; en la alta participación de ellas en comunidades de las diferentes municipalidades y en como se organizan frente a dificultades. He podido observar esto de cerca al atender pacientes oncológicas, no son las parejas quienes acompañan a las sesiones de quimioterapia y radioterapia; son las amigas, nueras, hijas quienes en grupo se organizan para que todo ese tiempo sea un poco menos doloroso. Las parejas en general asumen un rol de apoyo económico y práctico y les cuesta encontrar un espacio que les acomode.
Las mujeres debemos encontrar la manera de expresar la necesidad de vivir el compartir y experimentar el goce en una sociedad tan centrada en la tarea y el poder. El éxito actualmente no esta llevando a la sociedad a la felicidad y estamos olvidando como comunidad que tenemos la misión de conectarnos a la alegría, no solo de cumplir tareas frías y sin trascendencia. La motivación en nuestras labores, el motor de las diferentes cosas que realizamos debe ser consciente, debemos conectarnos a nuestro ser en profundidad y elegir QUE QUEREMOS, QUIEN QUEREMOS SER, DONDE QUEREMOS ESTAR, QUE VIDA QUEREMOS VIVIR, QUE NOS HACE SER FELICES. Si tenemos consciencia al elegir, si realmente conocemos lo que nos motiva, lo que nos da fuerza, esos sentimientos, ese amor, esa necesidad nos dará mas energía para mantener pie firme en lo que queremos.
La mujer sometida, pasiva, adecuada todo el tiempo, ya no puede seguir, necesita despertar y elegir, necesita conectarse a su fuerza, a sus afectos, a su poder y marcar diferencia, opinar e influir, ya que la sociedad la necesita. El poder femenino es diferente y sigue otro modelo que el masculino, no pretende aplastar, sino aportar, no destruye, construye; no impone, sino que nutre; es un abono alegre y fresco a una sociedad seca y sola. Ya no podemos las mujeres obedecer a los límites, estructuras, estrategias y metodologías de un modelo que nos nos acomoda ni permite nuestro crecimiento; debemos encontrar nuestra propia forma de resolver y enfrentar dificultades, cumplir sueños y vivir el proceso, no solo metas y logros.
Ese es el objetivo de Mujer Opina, que las mujeres nos reencontremos con nuestra fuerza, que nos conozcamos y re-conozcamos la tremenda fuerza interior, lo que nos motiva a seguir adelante y cambiar lo que no nos acomoda, desligarnos de lo que nos hace daño y crecer, crecer, crecer.... De esta manera la sociedad también crece.
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