La cultura en la que tú y yo vivimos está constantemente preocupada de lo externo, eso no es algo que nos resulte extraño de saber, pero a medida que tu vida avanza y vas logrando ciertos hitos y metas que te propusiste cuando eras más joven, te vas dando cuenta que en el momento en que llegas a ese objetivo entonces la vida parece no tiene sentido.
Quizás no lo sientes de esa forma tan palpable o tangible, pero si sabes que hay cierta incomodidad y/o disconformidad con lo que estás haciendo y con lo que vives, ¿o será con la manera en que vives?
Por lo que he visto parte de lo que nos sucede es que estamos toda la vida muy centrados en lo
que son metas y objetivos y poco en cómo es que las logramos y en eso no disfrutamos el camino que recorremos, nos olvidamos del sentido que tienen las cosas y el por qué realmente estamos haciendo lo que estamos haciendo.
¿Para qué quieres tener un hogar? ¿Lo quieres para que sea grande y dormir tranquilo? ¿o lo quieres para compartir con tu familia y amigos?
Pueden parecer razones similares, pero si lo observas desde el punto de vista del propósito entonces te podrás dar cuenta que no es lo mismo cuando haces algo enfocado desde tu ego a cuando lo haces desde un sentimiento más amplio de convergencia con todo, observando como eso que estás haciendo juega un rol importante en lo que es tu mundo mirado de forma más amplia.
El propósito es un norte, una luz que nos ilumina y nos lleva a cumplir todas nuestras misiones, una a una de forma impecable y armoniosa.
¿Y tú, ya conoces tu propósito?
Lindo día y bendiciones.
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