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Pamela Astorga A.
Escríbeme al mail: pastorga@mujeropina.cl

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¿Qué errores podemos cometer como padres?
¿Cuál es tu éxito personal?

¿Qué errores podemos cometer como padres?

Creo que muchos. Sin embargo hay que partir de la base de que los padres somos humanos y que no todos los errores son terribles.

Es muy angustiante para muchos padres actuales el miedo a dañar a sus hijos, a traumatizarlos, a repetir patrones, quizás negativos de sus propios padres, repitiendo errores que quizás ha sido doloroso superar. Respecto a esto la psicología plantea que lo esperable no es ser padres ideales, eso es imposible, más bien ser suficientemente buenos. Esto significa ser capaces de cumplir con tres pilares básicos que permitan a los niños lograr estabilidad emocional y desarrollarse de manera integral.

¿Qué es ser suficientemente bueno?

En primer lugar, ser sensibles a las necesidades de los hijos: emocionales, físicas, sociales y afectivas. También ser hábiles y eficientes para resolver la necesidad detectada. Esta habilidad se refiere a encontrar una respuesta adecuada a la necesidad en sí misma y a la edad del niño; en las guaguas, por ejemplo, detectar necesidades como hambre, frío, cariño y compañía. En niños más grandes, saber leer los estados emocionales más complejos, ayudándolos a distinguirlos y regularlos.

Otro aspecto muy importante y olvidado, es el GOCE del vínculo. El percibir que sus padres disfrutaron de su presencia permite el desarrollo de una buena imagen de sí mismo. Para los padres el vivir el presente y realmente disfrutar a sus hijos en la cotidianeidad también favorece su salud mental, lo que es muy positivo para ellos y por supuesto, para sus hijos, para quienes la experiencia de sentirse queridos y aceptados en una relación nutritiva, los acompañará y ayudará como un aliado para siempre en sus vidas.

Si no se logra esta sensibilidad o la respuesta es inadecuada y, por el contrario, se espera que los niños se adapten y comprendan e, incluso, sean los que contengan al adulto, no sólo pueden presentar dificultades en distinguir y reconocer sus sentimientos, sino que también problemas para validarlos. Es posible observar en adultos o adolescentes que vivieron una infancia poco contenida emocionalmente, una tendencia a no reconocer ni validar sus propias emociones, necesidades o sentimientos, lo que implica un nivel bajo en conductas de autocuidado, como permanecer en relaciones poco nutritivas o situaciones, incluso, de maltrato.

Como consecuencia, sus hijos también pueden desarrollar confusión en sus afectos y en la confianza respecto al entorno, en lo protector y nutritivo. En algunos casos, puede afectar en el vínculo con otros, teniendo una tendencia a la desconfianza o por el contrario la dependencia. También puede dudar de sus propios sentimientos y el de los demás, y en base a su experiencia, desarrollar modelos pocos sanos y constructivos de pareja o amigos.

¿Y si no hay goce? En este caso, los hijos pueden percibir que no merece afecto, amor, y puede intentar durante mucho tiempo ganárselo, a través de conductas autoexigentes o sobre adaptativas, permanentemente conciliadores, pasando a llevar sus propios límites y necesidades.

¿Qué necesitan los hijos? Ser vistos en su integridad, con necesidades emocionales, afectivas, físicas y sociales. Padres sensibles, atentos, eficientes, empáticos, firmes y alegres.

¿Qué opinas?

Pamela Astorga A.
¿Cuál es tu éxito personal?

Lo que muchas veces nos mueve en la vida y dirige nuestras decisiones es el éxito. Creemos que nos hará felices, nos liberará del vacío vital y nos dará la sensación de sentido.

Entonces surge una simple pregunta, ¿qué es el éxito?

¿Es una mujer flaca bajándose de un auto de lujo y con tacos altos?, ¿Es una familia estable con cinco hijos?, ¿Es un hogar de menores para una monja?

¿Qué relación tiene el éxito con nuestras penas, inseguridades y complejos personales?

Invito a mirar el éxito desde una mirada más personal, más relacionada a nuestra historia, a nuestra infancia. ¿Qué pasa si nos miramos a nosotros mismos y nos preguntamos cuál es nuestro tema personal y reflexionamos sobre cómo superarlo?

Es otra perspectiva del éxito, una individual y necesaria, que implica tomar conciencia de nuestras heridas o traumas que han dirigido nuestras decisiones, sin que a veces nos demos cuenta.

¿Cuál será nuestro tema?, ¿sentimientos de pérdida?, ¿sentimientos de inferioridad?, ¿sentimientos de no-pertenencia?, ¿sentimientos de abandono?

Cuando hemos descubierto nuestra propia caja de Pandora, valientemente, con dulzura y sin juicio, no sólo estamos encontrando parte de nuestra alma, sino que también nuestro camino espiritual, que por cierto no tiene relación con una religión. En esta comprensión de nuestro propio comportamiento y dolor, está también el alivio y la sanación. En esta aceptación encontramos el amor a nosotros mismos.

Cuando eso pasa, las personas que vivieron dificultades económicas en la infancia y con logros en esa área en la adultez, pueden por fin parar un poco y dedicarse sin culpa al goce de su presente, reordenar sus prioridades y establecer una nueva lista de pendientes que incorpore lo emocional en sus objetivos centrales. En un proceso similar, quienes tuvieron pérdidas importantes en su infancia, podrán vencer el miedo a ellas, viviendo su presente, asumiendo la realidad de la muerte y de la vida, aceptando sus emociones como normales, esperables y manejables.

Una mujer con un padre ausente en su infancia, podrá comenzar a perdonar y perdonarse, reconciliándose con su historia, construyendo una figura masculina diferente, visualizando como posible una pareja sana, nutritiva y agradable.

Mujeres golpeadas o maltratadas, podrán comenzar un proceso de autovaloración, de perdón, y podrá concebir la posibilidad de un amor alegre, enriquecedor y en paz.

Este es un camino largo, pero sin duda vale la pena vivirlo y cada estación es un logro y una liberación. Desde mi punto de vista, este éxito personal entrega enormes satisfacciones tanto para sí mismo como para el entorno, y puede influir positivamente en la posibilidad de construir el otro éxito, el material.

¿Cuántos de nosotros conocemos a personas talentosas que no pueden superar su inseguridad y boicotean permanentemente su desarrollo profesional?
¿Cuántas mujeres inteligentes en el trabajo, eligen muy mal a sus parejas, sufriendo muchísimo por ello?

El miedo a parar marca esta época, el miedo a salir del mercado un rato y no poder volver nos impide la sana costumbre de mirar nuestra vida y ver si existen pendientes profundos por resolver y tomar en cuenta. A veces, irónicamente, la búsqueda del éxito profesional nos impide ser felices.

Mi invitación es a parar un rato y pensar en nuestro tema personal, ese que nos ha marcado. Analizar y observar en qué está y cómo podemos superarlo, sanarlo y aceptarlo como propio, como lo que nos ayudó a ser quienes somos actualmente.

Dato:
http://seminariodeautosanacion.blogspot.com/

 

¿Qué opinas?

Pamela Astorga A.