Junto con la llegada del verano aparecen las dietas y el ejercicio, todos queremos sentirnos cómodos con nuestro cuerpo y eso lleva a muchas personas a aumentar su preocupación por el peso los últimos meses del año. Sin embargo, existe un grupo que se preocupa más de lo normal y presentan una imagen corporal distorsionada de ellas mismas, lo que las empuje a lograr límites anormales de bajo peso, estas son las personas que sufren de Anorexia Nerviosa.

La prevalencia de la Anorexia Nerviosa se ha estimado entre un 0,5 y 3% del grupo de adolescentes y mujeres jóvenes. El límite entre una joven delgada y una anoréxica puede ser muy difícil de establecer para un ojo no entrenado por lo que siempre debemos tener en cuenta las características esenciales de esta enfermedad, que consisten en el rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal, en un miedo intenso a ganar peso y en una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo. Además, las mujeres que ya han comenzado con sus reglas sufren de amenorrea, que es la ausencia de 3 periodos menstruales seguidos.

La mayoría de los pacientes con Anorexia Nerviosa logran el bajo peso con una dieta muy restrictiva a veces asociado a ejercicio excesivo, pero algunas lo hacen mediante conductas purgativas (vómitos provocados y uso inadecuado de laxantes y diuréticos) y estos son los pacientes con Anorexia Nerviosa tipo Purgativa. La diferencia entre la Anorexia Nerviosa tipo Purgativa y la Bulimia es que estas últimas  son capaces de mantener el peso igual o por encima de un nivel normal mínimo.

La anorexia nerviosa es más común en las sociedades industriales, en donde abunda la comida y en las que estar delgado se relaciona estrechamente con el atractivo. Este trastorno es más frecuente en Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Más del 90 % de los casos de anorexia nerviosa se observa en mujeres, con una edad promedio de inicio a los 17 años, aunque algunos datos sugieren la existencia de picos bimodales a los 14 y 18 años. La causa es multifactorial, sin embargo el comienzo de la enfermedad se asocia frecuentemente a un acontecimiento estresante que actúa como gatillante. 

El 50% de estas pacientes se recupera completamente, el 30 % lo hacen en forma parcial, y un 20 % no muestran ninguna mejoría en sus síntomas. La mortalidad precoz alcanza a un 5 % y se debe principalmente a complicaciones cardíacas y suicidio. La mortalidad a largo plazo es aproximadamente del 10%.

Aquí están los Criterios Diagnostico del DSMVI para Anorexia Nerviosa:

A. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable). También se puede considerar un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o inferior a 17,5 kg/m2. (El IMC se calcula en metros cuadrados, dividiendo el peso en kilogramos por la altura.)

B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.

C. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.

D. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración de estrógenos.)
Especificar el tipo:

Tipo restrictivo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre regularmente a atracones o a purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas).  La pérdida de peso se consigue haciendo dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso.

Tipo compulsivo/purgativo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo recurre regularmente a atracones o purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas)

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